El paso del tiempo trae consigo cambios naturales en nuestro cuerpo: pérdida de fuerza muscular, reducción de la movilidad, dolores articulares o mayor riesgo de caídas. Sin embargo, en una residencia, estos desafíos no tienen por qué traducirse en una pérdida de calidad de vida. Aquí es donde la fisioterapia para personas mayores juega un papel fundamental.
¿Por qué es tan importante la fisioterapia en la tercera edad?
1. Mantiene y mejora la movilidad
A medida que envejecemos, tendemos a movernos menos, lo que a su vez acelera la pérdida de movilidad. La fisioterapia ayuda a mantener las articulaciones flexibles, a mejorar el equilibrio y a favorecer una marcha más estable. Esto contribuye a que la persona mayor se sienta más autónoma y segura en su día a día.
2. Previene caídas
Las caídas son una de las principales causas de lesiones en personas mayores. Los ejercicios dirigidos por un fisioterapeuta mejoran la fuerza, el equilibrio y la coordinación, reduciendo significativamente el riesgo de caídas y sus consecuencias.
3. Reduce el dolor
Problemas como la artrosis, la osteoporosis o las contracturas musculares pueden generar molestias diarias. Mediante técnicas manuales, estiramientos, ejercicios terapéuticos y, cuando procede, electroterapia, la fisioterapia ayuda a aliviar el dolor y a mejorar la funcionalidad.
4. Favorece la circulación y la salud cardiovascular
El movimiento es clave para mantener una correcta circulación sanguínea y linfática. La fisioterapia ayuda a prevenir edemas, mejora el retorno venoso y mantiene activas funciones esenciales para el bienestar general.
5. Mejora el estado de ánimo y la autoestima
El ejercicio regular genera endorfinas, ayuda a combatir la apatía y mejora el sueño. Además, sentirse capaz de moverse mejor aumenta la confianza y la percepción de independencia.
6. Recuperación tras hospitalizaciones o intervenciones
Después de una caída, una operación o una estancia hospitalaria, la fisioterapia es clave para restaurar la fuerza, la movilidad y la autonomía. Una rehabilitación bien dirigida marca una gran diferencia en la velocidad y la calidad de la recuperación.
¿Qué aporta la fisioterapia en una residencia?
En una residencia, la fisioterapia no solo se centra en tratar dolencias, sino también en prevenirlas. El fisioterapeuta trabaja de forma individualizada, adaptando cada sesión a las capacidades, necesidades y ritmo de cada residente. Entre sus funciones destacan:
- Valoración funcional periódica.
- Diseño de planes personalizados de ejercicio terapéutico.
- Terapias manuales para aliviar dolores y mejorar la movilidad.
- Programas grupales de movilidad, equilibrio y coordinación.
- Educación postural y asesoramiento.
Todo esto contribuye a que los residentes disfruten de una mayor calidad de vida, se mantengan activos y vivan su día a día con más bienestar.

